Pedáneo José Albert Rico
Rodeada de sierras, Les Enzebres son paso obligado para los campistas que cada fin de semana suben al Aula de la Naturaleza de las Tres Fuentes. Dista 5´7 kilómetros de Pinoso y se encuentra situado a una altitud de 705 m. sobre el nivel del mar, y en la zona este del término. En cuanto a la población, aunque se concentra en una pequeña trama urbana, cuenta con algunos caseríos repartidos por sus alrededores, y con nombres como Casas de Sierra, Cuevas, Casas de Bajo, Purgateros, Casa de Miracielos, Casas de Sonca,… En los años 30 llegaron a vivir a Les Enzebres unos 300 habitantes, y en 1970 eran 161. Actualmente no llegan al centenar, aunque al llegar el fin de semana se cuatriplica.
Del paso del hombre por este enclave hay muestras en la zona conocida como El Castillarejo, en el que se han logrado hallazgos del Eneolítico y la Edad del Bronce. Otra zona de interés arqueológico está en los Purgateros, en la que se han hallado restos del mundo islámico.
La pedanía es atravesada por el sendero de gran recorrido GR-7, por lo que, en los últimos tiempos, recibe la visita de muchos senderistas.
La tranquilidad de estas tierras fue elegida para establecer, en 1916, un convento de las Hermanas Carmelitas de Orihuela en la pedanía, por iniciativa de Matilde Mira, esposa de un maestro que hubo en la escuela de la pedanía. En los últimos años, por la falta de vocaciones, la congregación se planteó cerrar el convento, pero no fue así, dado que las dependencias auxiliares se han convertido ahora en un albergue y casa de espiritualidad Monte Carmelo, que acoge a grupos de jóvenes o personalidades que eligen el enclave para meditar y descansar.
En torno a la festividad de la Santísima Trinidad, el fin de semana más cercano (finales de mayo a principios de junio), el vecindario de la pedanía organiza unos festejos que siempre han contado con muchos visitantes. Hasta hace unos años, la suelta de vaquillas por las calles era el mejor reclamo para que la gente se acerque a Les Enzebres, pero las medidas de seguridad han provocado la desaparición en los programas festeros de nuestras pedanías de esta actividad casi deportiva. Sin embargo, otros actos mantienen el interés por la fiesta.
Yendo de Pinoso a Les Enzebres, al llegar al paraje de las Casas de Sonca podemos descansar, y ver un viejo reloj de sol, del siglo XIX, pero con una decoración típicamente barroca. La razón es muy fácil de contar. Aunque las academias querían imponer los nuevos estilos imperantes en el resto de Europa, las clases populares continuaron durante muchos años apegados a las formas decorativas de sus antepasados