La imagen del Cristo de la Buena Muerte salía de la Iglesia Parroquial a las 12 de noche, para presidir la Solemne Procesión del Silencio y Penitencia, a hombros de sus costaleros, que han realizado una “levantà” antes de dar inicio a la procesión por quienes están enfermos e impedidos.
La Procesión del Silencio y Penitencia, es una de las procesiones más multitudinarias de la Semana Santa, en la que pinoseros y pinoseras se echan a la calle para participar en ella, con emoción y respecto y un intenso silencio, solo roto por la bocina y los clarines, así como por la saeta interpretada por Jesús Vigueras.
Los solos de trompeta dedicados al Cristo en diferentes puntos del recorrido por miembros de la banda de cornetas y tambores de su cofradía, la del Santísimo Cristo de Buena Muerte han emocionado a los fieles que cada año le profesan su fervor al Cristo que tallara el escultor José María Ponsoda y que este año cumple su 75 aniversario.
Tras la imagen de Cristo en la cruz, y presidiendo la procesión, el cura párroco, representantes de cofradías y hermandades, y autoridades locales entre ellos el Alcalde de Pinoso. Y detrás, cientos de personas con sus velas, bien por una promesa, para solicitarle algún favor, o por el amor que sienten hacia este Cristo que en su agonía despierta pasiones y provoca que las emociones estén a flor de piel.
Cientos de fieles, con velas, han iluminado la noche con la luna llena de fondo como testigo de una de procesiones más esperadas de la Semana Santa en Pinoso.
Sobre las 2 de la madrugada el Santísimo Cristo de Buena Muerte llegaba de nuevo al Templo Parroquial a hombros de sus costaleros, allí los fieles le han demostrado el fervor que le profesan, esperando verle de cerca antes de regresar la imagen a su altar.
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