El XXI Gran Capítulo de la Cofradía del Vino Reino de la Monastrell reunió este domingo en Pinoso a personalidades del mundo universitario, empresarial y vitivinícola, que tomaron parte en el acto de investidura de nuevos cofrades.
El alcalde de Pinoso, Lázaro Azorín, presidió los actos de la jornada junto al presidente de la Cofradía y el vicepresidente del CRDO Vinos de Alicante, Salvador Poveda. También destacar la presencia de más de medio centenar de cofrades, miembros de asociaciones locales y autoridades. Entre ellas destacar la presencia de los ediles de la Corporación Silvia Verdú, Neus Ochoa, Iván Pablo Román y Vicente Jiménez.
Por la mañana tuvo lugar una misa en la Iglesia Parroquial San Pedro Apóstol, oficiada por el párroco Harold Mauricio Delgado y cantada por la Rondalla-Coral “La Ilusión”. En el oficio religioso fueron bendecidos los medallones que más tarde recibirían los nuevos cofrades.
Una vez acabada la misa, a las puertas del templo parroquial, el grupo de coros y danzas “Monte de la Sal” ofreció una pequeña muestra del folklore tradicional y se sirvió un vino de honor, ofrecido por el Ayuntamiento de Pinoso y el Consejo Regulador de la D.O.P. Alicante.
El acto principal de la jornada, la celebración del XXI Gran Capítulo, tuvo lugar en la Casa del Mármol y del Vino, cuyas salas recibieron la visita de los cofrades antes de iniciarse el ceremonial, que se encargó de conducir el cofrade José Antonio Rodero, ofreciendo una pequeña reseña sobre Pinoso y su tradición vitivinícola.
El alcalde Lázaro Azorín, dio la bienvenida a los presentes y felicitó a la cofradía por llevar desde 1999 defendiendo las bondades de la variedad Monastrell, que identifica a un amplio territorio del sureste español, agradeciendo que Pinoso haya acogido por segunda vez este importante evento, que se convirtió en una jornada de armonía y convivencia para las personas que comparten su amor por el mundo del vino y en particular por la variedad Monastrell.
El vicepresidente de la DOP Alicante, Salvador Poveda, se unió a las felicitaciones y destacó la excelente calidad que se está consiguiendo con los vinos elaborados con la variedad Monastrell, gracias a la labor de agricultores y bodegueros.
Fernando Riquelme, presidente de la Cofradía del Vino Reino de la Monastrell, dando las gracias por la amistad, la amabilidad y hospitalidad de las gentes de Pinoso, y agradeciendo al ayuntamiento las atenciones recibidas, congratulándose de la excelencia de los vinos que estos días tuvieron ocasión de probar y por seguir defendiendo lo que significa esta variedad.
El acto contó con una glosa a cargo de Juan José Sellés, director de la Escuela de Catas de Alicante, en la que destacó el trabajo de los bodegueros por lograr extraer de esta variedad excelentes vinos, comentando que en estas tierras todos reconocemos su importancia por marcar nuestra cultura y nuestra historia, y ensalzando especialmente la importancia del Fondillón, el vino añejo que cada familia guardaba en casa como una joya y que ahora vuelve a tener gran predicamento en el mundo vitivinícola mundial.
La Cofradía obsequió al glosador, al vicepresidente de la DOP Alicante y al alcalde de Pinoso con un detalle conmemorativo del evento, y el alcalde correspondió al presidente de la Cofradía entregándole un reloj en mármol Crema Marfil del Monte Coto.
Tras los agradecimientos llegó el momento de investir a cinco nuevos Cofrades de Número. Tras el preceptivo juramento recibieron la capa y la medalla Manuel Pedro Navarro Sánchez, Alberto Requena Rodríguez, Joaquín Carrillo Norte, Marco Antonio Izquierdo Campos y Ginés Puche Mayol. La investidura quedaba completada cuando el presidente posaba sobre sus hombros una rama de sarmiento de Monastrell.
Con el mismo protocolo, este año fueron investidos dos Cofrades de Mérito, el viticultor Pedro Lencina Lozano, que el pasado año no pudo acudir al evento celebrado en Jumilla, y Luis Miñano Valero, presidente de MGWines Group.
Para el final se dejó la investidura del Cofrade de Honor, cargo que este año fue otorgado a Juan José Ruiz Martínez, Rector Magnífico de la Universidad Miguel Hernández, quien se encargaría de invitar a los presentes al brindis final con el que se cerró el acto, con vino de Pinoso, deseando que la Monastrell resurja como la verdadera reina que es.
Una comida de hermandad dio por finalizado un intenso fin de semana que, fuera del programa oficial, incluyó varias actividades previas. Varios cofrades llevaron a cabo el sábado una visita guiada al casco urbano, la Torre del Reloj y la Iglesia Parroquial, también visitaron Bodegas Pinoso y por la tarde participaron en una cata maridaje de tapas y vinos de la zona, impartida por el cofrade pinosero Gaspar Brotons.