Adrián López Zornoza (Pinoso, 1995), comenzó su andadura como colegiado a los 16 años. Tras 9 años pitando encuentros de diferentes partes de la Comunidad Valenciana, el joven colegiado pinosero acaba de lograr su ascenso a la Segunda División B. Adrián ha compaginado su labor de árbitro con estudios universitarios y en estos momentos acaba de finalizar el grado de Maestro de Educación Primaria en mención de Educación Física. Además, el árbitro ha asegurado que se inició en este mundo gracias a su mejor amigo, Javier Amorós, que le invitó a realizar el cursillo, y que lo hizo con el único objetivo era seguir vinculado al fútbol aunque fuera de una manera diferente. Sin embargo, confiesa que “una vez has probado esta función las ganas de crecer y mejorar no tienen límite”. Esta ambición le ha llevado a convertirse en linier de la liga de bronce de nuestro país.
Pregunta: ¿Cómo te iniciaste en el mundo del arbitraje?
Respuesta: Me inicié con 16 años. Había estado toda mi vida había jugado a fútbol en el equipo de fútbol de mi pueblo, Pinoso. Allí hice multitud de amistades que todavía conservo, pero llegó un momento en que los estudios me dificultaban ir a todos los entrenamientos por lo que decidí dejarlo de lado por un tiempo. Uno de mis mejores amigos del pueblo, Javier Amorós, estaba ya en el mundo del arbitraje, así que me invitó a que hiciera el cursillo de árbitro para probar. Él sabía que no me quería desvincular del todo del fútbol y el arbitraje era una forma de vivirlo desde otra perspectiva. Al final el tiempo me ha demostrado que esta ha sido una de las mejores decisiones de mi vida, por eso ahora aprovecho yo para animar a cualquier interesado/a a realizar el cursillo de árbitros de Elda. Las inscripciones en este momento están abiertas y puede hacerse de forma online.
P: ¿Te habías imaginado alguna vez arbitrando algún partido?
R: Para nada. Hasta que no pité el primer partid no me imaginaba como tal. Antes de estrenarme como árbitro acompañé a mi amigo Javier a algún partido, y allí pude comprobar que las funciones de un árbitro son bastante más complejas que lo que se puede observar desde fuera.
P: Cuando empezaste tu andadura de colegiado ¿Te pusiste alguna meta en concreto?
R: Cuando comencé lo hice por hobbie, para seguir vinculado al fútbol aunque fuera de una manera diferente, pero solo se me pasaba por la cabeza disfrutar de los partidos y de los momentos con los compañeros. Sí que es cierto que, conforme vas ascendiendo de categoría te pica el gusanillo de seguir mejorando y conocer nuevas categorías, campos, realizar viajes más largos, etc.
P: ¿Cómo se consigue ascender de categoría en el mundo del arbitraje? Es decir, ¿Cuál es el sistema de puntuación?
R: En los partidos de tu categoría (hasta el momento era la 3ª División) pitas más o menos cada 3 semanas y por tanto son más o menos unos 12 partidos cada temporada. De estos 12 partidos, en 3 de ellos, aproximadamente, eres evaluado por una persona del Comité de Árbitros. Una vez termina la temporada se saca una lista con la clasificación de todos los árbitros de cada categoría, y los primeros de cada una van a un cursillo de ascenso donde hay pruebas físicas, examen de reglas de juego y vídeos de diferentes jugadas de partidos para exponer qué arbitrarías en cada caso. Es como un pequeño examen. Una vez finaliza este cursillo y se suman todas las notas se determinan los árbitros que aptos para ascender o los que no.
P: ¿Cuál fue tu debut como árbitro?
R: Mi primer partido fue en la vecina localidad de Monóvar, en la categoría Benjamín, junto a otros dos compañeros árbitros pinoseros. Recuerdo que cada uno de nosotros pitaba en un campo diferente pero contiguo y de los nervios que tenía se me olvidó ponerme el cronómetro. Cuando di el pitido inicial del partido y me miré la muñeca me di cuenta de que me lo había dejado en el vestuario. Menos mal que en el campo de al lado estaba Javi y habíamos comenzado el partido al mismo tiempo, así que indiqué el final al mismo tiempo que él.
P: ¿Cómo recuerdas tus inicios?
R: Fueron muy bonitos y emocionantes. Durante el primer año la mayoría de partidos que arbitré fueron a niños y niñas de poca edad, así que disfrute mucho junto a ellos. El único inconveniente era que como todavía no tenía el carnet de conducir era mi madre quién debía llevarme en coche a todos los encuentros y solían ser bastante temprano.
P: El arbitraje es un trabajo de mucha responsabilidad y en el que se pasa cierta tensión, ¿Cómo se gestiona estos nervios?
R: Al final te terminas acostumbrando a esas situaciones de estrés y de estar siempre en el punto de mira, sobre todo en esos partidos de Prebenjamines en los que, a día de hoy, prima la tensión. Yo, por mi parte, intento hacer mi trabajo lo mejor que sé y siendo consciente de que siempre va a haber alguien que no esté de acuerdo con mis decisiones. Es muy difícil que llueva a gusto de todos.
P: ¿Recuerdas haber tomado alguna decisión durante un partido que fuera determinante para el resultado final?
R: Somos humanos y si te dijera que todas las decisiones que he tomado eran las correctas estaría mintiendo. Siempre arbitras pensando que lo que señalas está bien, pero todos sabemos que son jugadas rápidas cuyas decisiones se toman en milésimas de segundo. La jugada te puede pillar en una mala posición o desde una perspectiva no adecuada y ahí es muy fácil errar. Obviamente, si estos fallos se toman en momentos determinantes de un partido tiene una repercusión mucho mayor.
P: ¿Qué es lo que más te gusta y lo que menos te gusta de ser árbitro/linier?
R: Lo que más me gusta es el increíble ambiente que se vive con los compañeros. Compartes mucho tiempo viajando, arbitrando partidos, entrenando, incluso disfrutando de comidas o cenas. Este trabajo te permite pasar mucho tiempo a la semana junto a otros compañeros y cuando te creas tu propio círculo termina enganchándote. Hay algunos de ellos que, por diferentes motivos, se han tenido que dejar el mundo del arbitraje y aun así seguimos en contacto.
Y lo negativo, sin duda, es el ambiente hostil que se vive en algunos partidos de edades tempranas. Aunque me gustaría matizar que no siempre es así, creo que no es justo generalizar, porque he ido a campos donde todos se han comportado de manera excelente.
P: ¿Cuál ha sido el partido más complicado al que has tenido que enfrentarte y por qué?
R: Al fin y al cabo todos los partidos son difíciles, porque ni en un partido que va 5-0 en el marcador puedes relajarte, ya que una jugada clave puede complicarte todo. En este trabajo la concentración debe ser siempre la misma, es decir la máxima, y da igual que estés en un partido de Prebenjamín que de Tercera División. Pero si tuviera que mencionar alguno me quedaría con el encuentro que pité hace 4 años en Silla, junto a mi amigo Javi, ya que se trataba de una promoción de ascenso a 3ªDivisión y el campo estaba completamente lleno. Fue una experiencia inolvidable.
P: La evolución en tu carrera como árbitro es indiscutible, ya que en apenas 2 años has pasado de ser árbitro de Preferente a convertirte en asistente de 2ª División B, ¿Cómo lo has conseguido?
R: Lo más importante es la constancia y tener la ambición de mejorar día a día. Si algo bueno tiene esto es que puedes estar toda la vida dedicado a ello, y siempre vas a tener cosas que perfeccionar. Además, debes esforzarte en tener hábitos de vida saludables porque las pruebas físicas a las que nos someten son muy exigentes. Es imprescindible llegar a los partidos en las condiciones más óptimas.
P: ¿Cuál es tu rutina de entrenamiento?
R: Tenemos un entrenador para hacer preparar sesiones específicas grupales de árbitros dos días a la semana, y después desde el Comité Técnico de Árbitros nos envían más entrenamientos para hacerlos de forma individual.
P: ¿Tenéis algún control en el aspecto físico por parte del Comité de Árbitros de la Federación de Fútbol de la Comunidad Valenciana?
R: Sí, tenemos dos pruebas físicas durante la temporada, una para comenzar y otra a mitad, por lo que se debe entrenar duro y de forma continua para superarlas. Pero como he dicho anteriormente, no solo debes estar bien físicamente por las pruebas a las que nos enfrentamos, sino para poder dar lo máximo de ti en cada partido que arbitras.
P: En el aspecto teórico y formativo ¿Los colegiados/linieres soléis hacer cursos de formación de forma continuada?
R: Sí. Una vez cada 3 semanas, aproximadamente, hay una clase de repaso de reglamento para los árbitros de todas las categorías en cada delegación.
P: ¿Qué esperas de esta nueva temporada?
R: La afronto con mucha ilusión y muchas ganas, ya que estrenar categoría, sea la que sea, siempre es muy especial. Además, este año está el incentivo de que en 2º División B viajas por otras comunidades autónomas, así que podré disfrutar de nuevos campos y nuevas ciudades, más allá de la Comunidad Valenciana.
P: ¿Y el coronavirus?
R: Esto es algo nuevo para todos, pero estoy seguro que se seguirán los protocolos adecuados para que todo funcione bien.