Al llegar la media noche, con las luces del casco antiguo apagadas, cientos de personas se han concentrado por las calles estrechas y empinadas del casco antiguo para acompañar en silencio a más de medio centenar de penitentes cargando en sus hombros las pesadas cruces de madera, en la procesión de los Penitentes.
Una procesión singular y sobrecogedora que mantiene viva Junta Central de Cofradías y Hermandades Pasionarias de Pinoso, expresión máxima de la penitencia. Los participantes, vestidos con túnicas negras, rostro cubierto y cordón morado, recorren al son del tambor y bajo la más absoluta oscuridad, sólo iluminada por la cruz penitencial que aporta una tenue luz morada o por pequeñas hogueras, todo el recorrido que les lleva por los alrededores de la Torre del Reloj.
Al toque de una campanilla y al calor del fuego el grupo de fieles que acompañan al coro parroquial “San Pedro Apóstol”, cura párroco y autoridades locales, hacen parada para recitar cada una de las 14 estaciones del Vía Crucis.