- “El machismo está en la sociedad y no nos damos cuenta”
La educadora social Marina Marroquí es especialista en violencia de género, hoy ha estado en Pinoso para concienciar tanto a jóvenes como a familias y docentes de la importancia de la educación sexual y el peligro de la pornografía a la que aceden de forma fácil y sencilla niños niñas de 9 años.
Marroquí que es formadora de profesionales: policías, sanitarios, educadores… en prevención, detección e intervención ante la violencia de género, esta mañana ha impartido un taller en el Instituto José Marhuenda Prats al alumnado de Bachiller y 3º y 4º de la ESO: “Eso no es sexo” que advierte de los peligros de la pornografía y prevenir la violencia de género. Esta tarde, la especialista se ha dirigido a las familias y docentes en el Monólogo “Eso no es amor” tratando de generar conciencia de la sociedad que nos educa.
A través de sus libros “Eso no es amor. 30 retos para trabajar la igualdad” que aborda los falsos mitos del amor y su último “Eso so es sexo ¡Otra educación sexual es urgente! en el que explica el peligro del consumo del porno. Mientras que a los jóvenes se les ofrece la idea de un amor irreal y tóxico que se ha romantizado a través de la música, el cine, los anuncios… a las familias les mostraba cómo la sociedad sigue educando de forma machista, “El machismo está en la sociedad y no nos damos cuenta”, advertía además con ejemplos de cómo se trata a un niño o a una niña, tanto en la infancia como adolescencia.
para desbocar en la realidad de su propia historia de violencia de género y cómo salió, así como la de muchos jóvenes que caen en las redes de la pornografía y confunden la realidad del amor.
Marina, en la charla que ha tenido lugar en el Centro de Recursos Casa del Mármol y del Vino ha repetido el monólogo que realiza con el alumnado para que las familias puedan entender qué es lo que piensan, sienten y hacen sus hijos e hijas. Con ejemplos les ha explicado cómo perciben a una pareja como un ideal, con aspectos desvirtuados en los que la mujer es denigrada y el hombre “heroizado”, de modo que ambos se sienten frustrados, cómo la sociedad les marca ciertos estereotipos y que actualmente la escasa información real que tienen sobre el sexo y la facilidad para acceder al porno “les enseña a ejercer la violencia, la dominación y la agresividad contra otra persona”. Los niños y niñas tienen una visión sesgada, irreal de lo que es el sexo y el amor.
La educadora de este modo ha abierto los ojos a las familias a las que advierte deben conocer a qué se enfrentan sus hijos, que contenido consumen, qué sienten y qué conocen para tratar de fomentar una educación sana y abierta que les proteja de la irrealidad sexual y afectiva que muestra la sociedad. También ha habla de la falta de legislación en este ámbito y la importancia por tanto de la familia, de crear un vínculo en el que se pueda hablar de forma abierta sin tapujos y brindando la oportunidad de mostrar la realidad del sexo.
Marina Marroquí advertía de los peligros de la pornografía no solo en cuanto a violencia de género, sino también en cuanto a la adicción que pueden producir en los y las jóvenes y los problemas que suponen en el futuro de sus hijos e hijas.