Pedáneo Jacinta López Martínez
Ubeda es la pedanía más lejana del casco urbano. A 7.8 km. de Pinoso, en su día fue una de las más habitadas del término, aunque, en la actualidad, vive medio centenar escaso de vecinos. Muchas de las casas permanecen vacías la mayor parte del año.
Tanto por El Culebrón como por El Paredón o Ruta, llegar a Ubeda es bastante sencillo. A pesar de su situación, está bien comunicada.
El núcleo principal de la pedanía está bien organizado por calles, algunas de las cuales tienen nombres muy curiosos, y que se disponen entre la carretera del Paredón y los barrancos que atraviesan las cercanías del caserío. En un lugar destacado está la ermita, dedicada a Santa Bárbera, abogada de las tormentas, y enfrente hay un jardín, recientemente construido, donde se concentra la fiesta, que se celebra en la segunda semana de Julio. Al hablar de fiestas, los habitantes de Ubeda las celebran en honor a Santa Bárbera, aunque el vecindario le pide el favor divino a todos los santos que existen en los altares de su ermita, y que sacan en la procesión.
Pero, además del núcleo principal de casas, la pedanía engloba también varios caseríos dispersos. Como en el resto de casos, suelen estar cerca de las tierras que cultivan, de las que se saca buen vino, almendras copiosas, cuando el tiempo se lleva bien, o buenas frutas.
Rodeando Ubeda encontramos otros parajes y entidades de población, como las Casas del Hospital, Casa de Oliveros, Casilla de Sierra, Casas del Corralet, Casa de los Muts, Casa del Albaricoque, Casas del Mancebo, Venta del Terrós,…
Con Lel y El Paredón, comparte el paso de importantes vías de comunicación romanas por su territorio, lo que la hace rica en vestigios de tiempos antiguos. Con estas pedanías, también comparte las bellas vistas de las estribaciones de la zona sur de la Sierra de Salinas, pulmón verde de la comarca.
Hace algunos años, la llegada del automóvil y la necesidad de encontrar un futuro mejor provocó la despoblación de los núcleos rurales, una tendencia que parece que va cambiando, aunque no evitó que cerrara la pequeña escuela que existía en Ubeda, a la que iban muchos alumnos de los alrededores.
En los últimos años están volviendo algunas casas a abrir sus puertas. Una de ellas fue comprada hace unos años por una familia inglesa, que se ha integrado perfectamente con los vecinos de Ubeda, y que se dedican a restaurar y decorar muebles viejos, dándoles un aire renovado. Se llaman “House Gallery”.
Con el paso de los años, Ubeda ha visto cómo llegaban el agua, el alumbrado público, se han asfaltado caminos rurales, disponen de depuradora,… La construcción de una glorieta ajardinada frente a la ermita constituyó un cambio de imagen de la zona principal de la
pedanía, y ahora el espacio donde se celebran las fiestas ha mejorado lo suficiente. Los niños de los alrededores iban a la pequeña escuela de la pedanía.
Quizás por su ubicación, Ubeda fue en su día una pedanía con mucha animación. Dos salas de baile, a cargo de las dos tiendas que había en la pedanía, organizaban sesiones muy concurridas, dado que se contrataban a los mejores músicos. Esto hacía que muchos vecinos de los alrededores, sabedores de cómo se las gastaban en Ubeda, no se lo pensaron dos vueltas y visitaron la pedanía. Y si no se quería esperar por la noche, las calles acogían partidas de tanganilla, esparcida, o pliota valenciana, en sus modalidades de largas o lonjas, en el viejo trinquete que ahora no existe.
Por si fuera poco, los amantes de los juegos de mesa también podían ganar algunos dineritos. Los vecinos de Ubeda son conocidos por que les gusta mucho hacer la partidita, y no es extraño verlos jugar en la calle si hace buen tiempo.