El pasado sábado fue el primer día sin mascarillas obligatorias en el exterior, algo muy esperado por la población y que propició que nos encontráramos imágenes de gente reconociéndose y saludándose con caras de felicidad, una vez entró en vigor la flexibilización aprobada por el Gobierno el pasado jueves.
En general, aunque había muchas ganas de salir a la calle sin la mascarilla, fueron muchas las personas que decidieron seguir con la rutina adquirida estos meses, aunque en ocasiones se pudieron ver comportamientos desiguales, con algún que otro despiste.
La medida fue bien acogida pero muchas personas piden que se actúe con prudencia, ya que estiman que la situación epidemiológica todavía no está como para recuperar totalmente la normalidad.
Como destacaban algunas de ellas, aunque ya se permite ir sin mascarilla, ahora toca acostumbrarse a llevarla con nosotros porque la necesitaremos para entrar en espacios cerrados o en reuniones con varias personas.