- El 75º aniversario de la liberación de Auschwitz sirve, además, para que países de todo el mundo tomen medidas frente a las ideologías radicales que generan odio y discriminaciones.
En 2005, la Asamblea General de la ONU, decidió declarar el 27 de enero el Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto, ya que fue este día de enero, pero del año 1945 cuando, finalmente, las tropas soviéticas liberaron el campo de concentración y exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau.
Esta fecha no solo busca rendir homenaje a los cientos de personas que perdieron su vida en los campos de concentración nazi, sino también tomar medidas para ayudar a los más jóvenes a concienciarse de las repercusiones que traen consigo las ideologías radicales y que generan odio.
Un día señalado en el calendario que sirve para que, 75 años después de la tragedia que se vivió, los diferentes países del mundo aúnen fuerzas y transmitan a la ciudadanía la importancia de eliminar los perjuicios que, a día de hoy, siguen reflejando discriminaciones entre la ciudadanía de este Siglo XXI: xenofobia, discriminación de género u orientación sexual.
Dos de los protagonistas que vivieron esta tragedia en primera persona y que aún tienen fuerzas de contar lo que sucedió son Alina Dabrowska y Leon Weintraub. “No olviden lo que sucedió en el Holocausto y procuren que nunca vuelva a repetirse”, solicitan al mundo entero.
Lo cierto es que sus declaraciones se están haciendo virales, y ellos mismos afirman “estar aquí para relatar la pesadilla que se vivió en Auschwitz, ese es nuestro legado al mundo”, destacan.
Un tercer afectado, Lesser, recordaba su historia de la siguiente forma: “Me acuerdo cuando llegué por primera vez a Auschwitz. Bajé del tren con mis padres y hermanos, a los que no volví a ver porque fueron directamente a la cámara de Gas. Aunque entonces yo no sabía qué era eso de la cámara de gas, nadie lo sabía. El doctor Mengele, reconocido por sus ‘experimentos’ con seres humanos, me preguntó si yo podía trabajar, y yo respondí que sí. Tenía 15 años, y mi capacidad de trabajar fue lo que me salvó la vida. También recuerdo que un soldado me miró y se rió de mí, diciéndome que no me pensara que había venido de vacaciones. Me dijo que me olvidara de mi familia y señaló la ceniza que flotaba en el aire, afirmando que eran los restos de mis padres y hermanos. Así fue nuestra llegada a Auschwitz”, ha matizado.
En Pinoso, el pasado viernes, se rindió su particular homenaje a este importante día con la celebración, en el Centro Cultural, de una charla bajo el título “Les dones als camps de concentració nazis”, de la mano del profesor de Historia Aquil·les Rubio, junto a Nevenka Rubio, sindicalista y directora de Ràdio Bakora.